miércoles, 24 de abril de 2013

Te quiero dar el mar.
















Te quiero dar el mar y no.
Su silencio interminable.
Su lengua de espuma
precipitándose en la arena.
Las huellas quedando
irremediablemente perdidas
para siempre...
Su olor incalculable de historias
que han ido callando sus pasados.
Te quiero dar el mar y no.
Sus nubes aburridas de tanto verano.
Sus lluvias cansadas de ser tan grices.
Sus cielos dramáticos y ciegos
gritando tanto amanecer
que nadie quiso ver.
Quiero darte el mar.
Y no.
Sus caracoles diminutos
dejando un rastro en la playa,
sus pájaros volando y pasando de largo,
tan largo y sin vernos, tan lejos su vuelo,
tan profundo su aliento, tan lejano y fugaz.
Osado y pretérito.
Siempre pasando, el mar.
Y no, quedando en calma.
En silencio. Callado.
Te quiero dar el mar y no.
No puedo.