domingo, 20 de octubre de 2013

Non-Girly Blue















Ocho meses han pasado desde que nació la idea de Non-Girly Blue y se las planteé a @sinrevelar, @carolmonroe y @Accidental_ Hace ocho meses el nombre nació gracias a una cámara fotográfica azul, non-girly blue, y las ocurrencias de @veryrichhours.

Luego @raquelocurrente fue invitada a participar, logos fueron, logos vinieron, tipografías, colores, fondos. Fueron y vinieron.

Hasta que finalmente este próximo lunes (es decir, mañana) da inicio este proyecto y aventura en la que cada una de las participantes vamos a escribir un relato a partir de una canción. La música va a ser nuestra inspiración.

 No sé a dónde vamos a ir a parar.

Están todos invitados http://nongirlyblue.blogspot.com/

domingo, 13 de octubre de 2013

Todo está iluminado: llegar a un libro por la película


Y sucede que un día cualquiera, -una noche cualquiera, a decir verdad-; uno se encuentra por allí pasando canales en la televisión y va a caer en esa película con paisajes extraordinarios, personajes originales y extraños y una historia que se sale de la típica narración lineal a la que estamos acostumbrados. Y sucede que esa película tiene una de las escenas más hermosas que has visto en tu vida. Y sucede que seis años después de haberla visto, seguirás sorprendiéndote con esa escena y pensando que tiene una profundidad lírica que va más allá de la imagen. La escena es esa que ilustra la cabecera de este post: casita con ropa blanca que se mueve con el viento en medio de un campo de girasoles. Supongo que eso solo puede pasar en Ukrania, que es en donde se desenvuelve la historia. Pueden ver la escena completa aquí. Se los aseguro, es hermosa. La canción de fondo -en todo el contexto de la película y la escena- hace que duela el corazón. A mí me dolió. Un poco.

Es una de las películas más sencillas y hermosamente contadas que pudo haber pasado por el cine.

Verán, el actor principal es Elijah Wood. Y no sabemos si ha hecho tan mal su papel que los otros personajes se lo comen... O lo hizo tan bien que se transformó en el vehículo narrativo de la historia. Lo cierto es que es el personaje principal anónimo, porque Alex, interpretado por Eugene Hutz, se roba la película. Me dieron ganas de abrazarlo en cada escena:















Y si lo vemos así, incluso el abuelo que pretende ser ciego y la perra que se llama Sammy Davies Junior-Junior; se roban el show, o la historia, o la trama o el corazón de la audiencia... Y al final uno viene y se da cuenta de que Todo Está Iluminado la dirige ese hombre guapo que se llama Liev Schreiber, que de paso, también escribió el guión. (Oh, sí: que sea guapo es fundamental en este asunto. Como sabemos, los hombres guapos no deberían escribir guiones, mucho menos dirigir películas tan lindas). En fin, que la historia tiene una serie de elementos que la hacen adorable e inolvidable y que te deje con ganas de más.  Eso fue lo que me pasó. La curiosidad me llevó a enterarme de que la película está basada en un libro.

El mejor libro que he leído en mi vida.




El mejor libro que he leído en mi vida fue escrito por un joven Jonathan Safran Foer de 25 años. Y les digo: si yo hubiera escrito un libro como ese a los 25 años me hubiera dado por satisfecha para siempre, porque tener la capacidad de contar una historia que se remonta al siglo 18, llega a la época actual y cuenta momentos tan mágicos y memorables  que te dejan sin respiración y aliento y te dan ganas de no detenerte ni para dormir; no es algo que cualquier joven de esa edad pueda hacer. Llegar al final de Todo Está Iluminado y no estar llorando como condenado no es posible. No es posible.

Y sí, pocos años después el joven Jonathan Safran Foer escribió otro libro que también fue llevado a la pantalla de cine convertido en Extremely Loud And Incredible Close. Como sabrán, la película fue nominada a mejor película en el 2012.

Pero bueno, basta de cháchara: vean la película, lean el libro; en ese orden, porque si leen el libro y luego ven la película se pueden sentir un poco decepcionados: contar más de doscientos años de historia en dos horas es imposible. Igual, la película es demasiado hermosa.

Demasiado.

sábado, 5 de octubre de 2013

Las injustas desigualdades de ser mujer.



A pesar de que mi progenitor era bastante machista -no nos permitió usar pantalones a mi hermana y a mí hasta que éramos adolescentes (no era cosa de niñas, decía)-, fue lo suficiente feminista para enseñarnos a mi hermana y a mí que un hombre no nos debía dañar "ni con el pétalo de una rosa", y otras enseñanzas que ahora me hacen pensar mucho acerca de lo que voy a escribir a continuación...

Resulta que históricamente llevamos siglos hablando de los derechos de la mujer, cien años exactamente hace que la mujer consiguió el derecho al voto, cien años de seguir hablando y exigiendo y proponiendo que le den una calidad de vida igual a la del hombre, que se la proteja de abusos, de la violencia, la explotación, la discriminación y ajá, todo sigue igual.

A estas alturas de la historia ni siquiera deberíamos estar hablando de esto.

A estas alturas de la historia no deberíamos estar oyendo comentarios como "ay, bien bueno el esposo de fulanita, vieras cómo le ayuda en la casa..."

¿Cómo le ayuda?
¡Cómo le ayuda!

Es decir: si ella trabaja, aporta a su hogar, piensa, ejerce su derecho al voto y todas esas cosas, ¿no se supone que los "oficios de la casa" deberían ser ejercidos también en igualdad? ¿No se supone que a estas alturas de la vida nadie debería estar diciendo "cómo le ayuda en la casa"? En todo caso, en algún otro lugar alguien debería estar diciendo "miren la esposa como le ayuda a trabajar y llevar el sustento al hogar"...

He hablado mucho de esto esta semana con algunas de mis compañeras de trabajo. Principalmente porque vi dos documentales de El Faro que me impresionaron mucho: Ellos Sabían Que Yo Era Una Niña y Las Esclavas Del Servicio Doméstico, que denuncian dos tipos bien diferentes de abuso contra la mujer que se sigue dando en El Salvador sin que nadie haga ni diga nada al respecto.

Hablábamos anoche, a raíz de este video de Isabel Allende, que de verdad es un asunto de conciencia, de educar a las nuevas generaciones respecto a la igualdad que debería tener la mujer en todo. Se debe empezar haciendo conciencia con los propios hijos varones -y, pues sí, las niñas-; es tan simple como eso: empezar haciendo conciencia en la casa a través de las cosas más irrelevantes como las labores domésticas. Cuando niñas y niños crezcan viendo que el trabajo y las responsabilidades son iguales para ambos, el mundo va a cambiar. No solo en la casa y en la vida personal, también en el trabajo.

¿Y no qué el 51% de la población mundial somos mujeres?
¿Y entonces no debería ser que en todos los trabajos el 51% deberíamos ser mujeres?

Las desigualdades son terribles, de verdad, mucho más cuando estas son usadas para la violencia, el abuso, la explotación y la discriminación...
Si comparamos con otros países en que las mujeres son vendidas por sus propios padres como esclavas, podemos decir que estamos en un país privilegiado... Pero cuando leemos del caso del hombre que prendió fuego a la esposa, que esta murió por las lesiones en un hospital y que el hombre podría ser que todavía ande por allí bien campante; entonces nos damos cuenta de que no, no estamos en un país privilegiado. Si nos ponemos a pensar en las miles de mujeres que a diario dejan su casa para ir a criar a los hijos de otra, mientras los suyos crecen solos y abandonados; entonces nos damos cuenta de que no, no estamos en un país privilegiado.

Piénsenlo, por favor.

(Para ver un poco de cifras de la desigualdad de la mujer en el mundo, pueden ir a este enlace de BBC Mundo  100 Mujeres: la mitad del mundo toma la palabra.)