sábado, 23 de noviembre de 2013

Estado de optimismo

Es una tragedia realmente ser Sagitario y vivir la vida transparente, diciendo lo primero que se piensa, sin filtro y sin nada y encima de eso vivir en un eterno estado de optimismo viendo la vida siempre rosadita o celestilla y darle a toda la gente siempre el beneficio de la duda y reírse de todo, incluso hasta de tus propias desgracias y problemas y levantarte todos los días pensando que va a ser mejor que el anterior y que todo se va a resolver y que la gente es igual que vos, que vive también en una nube linda en donde todos son buenos y así...

El asunto es que vi este video hoy:


Y, ajá, me hizo pensar en la gente que quiero, en la gente que admiro, en la gente a la que le tengo que dar las gracias por pertenecer a mi vida. Y le escribí a mi mejor amigo. "Te quiero y gracias por estar en mi vida", le dije. "¿Estás borracha?", me preguntó. Mande otros mensajes a diferentes personas, lleve a mis hijos de paseo a tomar el sol. Todos andaban enojados. La otra, ni siquiera me contestó. Y allí se acabó el optimismo de la vida. Uno no puede andar por allí siendo tan inocente y pensando que la vida es como uno se la imagina y que la gente es tan feliz y optimista como uno y que va a responder igual con las mismas ganas de decir te quiero, te admiro y de tomar el sol. Uno no puede esperar que la gente se emocione por las mismas cosas que uno mismo, como una puesta de sol o un amanecer o una canción tonta que solo para uno significa algo, o un poema, o un simple correo mandado cuando nadie se lo espera. Uno no puede de verdad, esperar a que cuando alguien ya se ha acomodado en la vida de uno siga sintiendo y expresando las cosas de la misma forma que cuando de alguna manera esperaba algo a cambio. Así son las relaciones, amiguitos, así de duras y complejas.

Tiendo a gastar muchas palabras en mis relaciones, sean familiares, amistosas, amorosas... Tiendo a gastar muchas palabras en mí misma,  porque así soy, no podría entender otra manera de expresarme, porque supongo que nací con ese defecto de la facilidad de las palabras y no me basta con decir las cosas con miradas o indirectas o canciones, las tengo que decir como son, aunque a veces cuesten más de una amistad o cosas así. 

Mientras tanto, no importa, es bueno vivir en este estado de optimismo permanente. Porque al final, parece como si a uno no le doliera nada y siempre se estuviera riendo... Porque al final es como si uno tuviera tanto para dar y pudiera vivir resolviendo, oyendo, entendiendo y acomodando los problemas de los demás... Porque, ajá, uno nació para eso.

1 comentario:

  1. ¿Pero sabés algo? Al final no te quedás nada guardado y esa es la parte que todos se pierden: Esa satisfacción de decir lo que sentís, lo que pasa por tu cabeza, eso que a medio mundo le cuesta y por lo que con el pasar del tiempo lamenta.

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