martes, 26 de agosto de 2014

insomnia

¿Cuántos mundos se podrá componer en un insomnio?

Mientras doy vueltas y vueltas y vueltas pienso en tonteras que solo sos capaz de pensar a esas horas, en los problemas de otros, en tus problemas, en cómo resolver tus problemas, en cómo resolver los problemas de otros, en que necesitás de alguien para resolver los problemas de otros y así... Infinitamente. Y la ocasión sirve para arrepentirte por enésima vez de no haber comprado la melantonina, sí, esa droga aprobada y natural que te ayuda a dormir, y te arrepentís de cosas que solo se pueden pensar a la una de la madrugada y en condiciones de insomnio, y todos los monstruos interiores se vuelven más feos, más odiosos, más odiados y se pasean con vos en los oscuros rincones de la noche, en los interminables silencios insondeables y profundos, en la luz de los relámpagos que iluminan el cuarto cada tantos minutos. Un antialérgico al menos. Un antialérgico. Un antialér...

El despertador suena a las cinco. ¿Las cinco ya? ¿Tan rápido? Todavía es de noche.

El café suena y huele a felicidad saliendo de la cafetera, el café amargo y oloroso.


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