miércoles, 8 de noviembre de 2017

Morir, porque no queda otra forma de vivir






















Morir queriendo,
morir de querencias, de quereres y cariños,
morir de la curiosidad
de querer saber qué es lo que pensás,
lo que sentís, lo que comés, lo que respirás,
morir de sueño
del sueño profundo, del sueño de todos los días,
del sueño que estuvieras siempre mirándome
y mirándote hasta que todas las luces se apaguen
y empieze un día nuevo,
morir de hambre,
morir de envidia,
porque sí, porque me nace de muy adentro,
morir porque los principios se acaban
y los finales siempre llegan,
morir de finales largos y clavados como puñales,
de finales esperados e inesperados,
de finales como vidrios que se quiebran,
de finales sonoros y aparatosos,
de finales en silencio, finales como plumas que caen.

Morir porque no queda otra forma de vivir,
morir como hecho inesperado,
morir de hambre,
morir de lo mismo de siempre,
morir de lo que dice la gente,
morir al respirarte,
morir cuando no te respiro,
morir de ti y de mi,
enhebrando juntos una historia
sin horizonte conocido,
con un paisaje lejano
que se le aleja y se aleja

y se aleja

Morir porque te tengo y no,
morir porque te escapás,
morir como un refugio,
morir como un estigma,
morir porque se me acaba el aire.

Morir porque se me acaban las palabras,
los minutos, las sonrisas y los días,
morir como un simulacro,
morir de verdades y de mentiras.

Morir de canciones y poemas,
de todas la letras que le dan sentido,
de todas las letras que fueron, vinieron y son,
morir de la risa que reís junto a mí.

morir como si nada
morir cada vez que nos decimos adiós


morir

simplemente morir

morir y morirte

morir deshauciada

morir

No hay comentarios:

Publicar un comentario