lunes, 27 de agosto de 2012

Cosas que se aprenden de los padres...

Ahora mientras lo escribo y pienso en ello me doy cuenta que mis progenitores eran dos seres totalmente opuestos. Y no me explico qué fue lo que los mantuvo juntos por más de treinta años, tal vez los siete hijos y la costumbre. Lo que sí sé es que uno aprende cosas importante de ellos, y no me refiero a valores, principios y bla bla bla bla bla. Me refiero a cosas más perdurables, como por ejemplo:

• Mi papá me enseñó a poner barquitos de papel en las cunetas mientras llovía. Me enseñó a caminar bajo la lluvia, esa lluvia suavecita, hablando de cualquier tontera.
• Mi mamá me enseñó que la cama se arregla al levantarse. Que uno no sale de la casa sin bañarse. No importa qué, ni la emergencia, ni el día domingo; no se sale de la casa sin bañarse, y tampoco sin, por lo menos, pintarse los labios
• Mi papá me enseñó, quizá de una manera estrepitosa, que para él no había nadie en el mundo más importante que yo (y mis seis hermanos), a llevar orgullosa mi apellido, que todos los viernes se debía comer semita alta recién salida de la panadería.
• Mi mamá me enseñó que contar historias es maravilloso y que escucharlas es todavía mejor. En aquellos días de la guerra cuando la energía eléctrica era racionada como doce horas al día, mi mamá se transformaba en la contadora de historias más increíble que he conocido. Todos aquellos personajes, reales e imaginarios, desfilaban en la oscurana de la casa como por arte de magia. 
• Mi papá me enseñó que sacarse 10 en conducta es malo.
• Mi mamá me enseñó que se puede llorar de alegría.
• Mi papá me enseñó que sentarse en la oscuridad con Puccini sonando al lado y un cigarro en la mano es una delicia.
• Mi mamá me enseñó que la ropa y demás accesorios del vestir es otra manera de expresarse.

Los dos me enseñaron a pensar, a preguntarme, a ser mayor de lo que era. Los dos, pobres, que pelearon toda la vida y se fueron sin perdonarse, me enseñaron muchas cosas sin querer. Porque, la verdad, uno de padre comete muchos errores; pero lo hace creyendo que es lo correcto. O por lo menos por el amor ciego que le tiene a los hijos.

4 comentarios:

  1. Entre las cosas que aprendí de mi papá una de mis favoritas: mandar mensajes a los abuelos que estan en el cielo en el hilo de tu piscucha y mi mamá me enseño que mujer y valor son sinónimos, que linda entrada :)

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  2. ¡Son maravillosas las cosas que se aprenden de los padres! Gracias por leerme. :D

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  3. Muy linda entrada, creo que es la máxima aspiración de los que somos padres: dejar una impronta en nuestros hijos e hijas, y no solamente de reclamos y exigencias sino también cosas banales; no sé si lo habré logrado en los míos pero me hiciera muy feliz saber que si.

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  4. Unknown: eso es lo que se espera, al menos yo; dejar pequeñas cosas banales que al final se convierten en importantes al recordarlas.

    Gracias por leer.

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