domingo, 30 de julio de 2017

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Tengo varios meses de no escribir. Eso me preocupa, como tantas otras cosas. Como miles de cosas todos los días. Como despertarme a media noche y pensar que la hija se fue a escalar el volcán de Santa Ana sin bloqueador, o hasta qué punto tenés que seguir preguntando a un cliente si se va a decidir por la propuesta, o si finalmente el hijo recién graduado va a recibir una beca.

Tengo varios meses de no escribir y lo recordaba esta tarde, mientras miraba en Netflix Words And Pictures y con un poco de entusiasmo en el corazón me sentí identificada con el personaje y me emocionaba al pensar en cómo cobro vida en mi clase de Redacción II mientras hablamos de la importancia de las palabras y hacemos un análisis acucioso de uno de los relatos de Jorge Luis Borges.

Mientras pensaba y recordaba cuando les digo a mis alumnos que escribir, como todas las competencias, necesita mucha práctica...

Y, entonces, heme aquí, retomando esto nuevamente, con música de Phillip Glass de fondo, porque sí, su música es para escribir, para volver a una de las cosas que le da más sentido a tu vida, y por qué no, terminar o publicar ese relato de despedida que le debés a la amiga desde hace más de seis meses.

Esta publicación sería entonces como un welcome back, o un recordatorio de que no se debe ir dejando las pasiones para después, para cuando tengás tiempo.

Mi tiempo es y será de las palabras.





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