Oswaldo Escobar Velado
Mi mamá nos "narraba" los poemas de Darío desde siempre, desde que nací, tal vez; aún desde antes del tiempo. Mi mamá convertía esos poemas en historias fascinantes. La Cabeza del Rabí, Los Motivos del Lobo, La Sonatina fueron el primer acercamiento que tuve con la poesía. Después vino Bécquer con su "volverán las oscuras golondrinas...", y después vino un libro gordo, rojo, no me acuerdo cómo se llamaba, era algún tipo de historia de la poesía, y allí, a los doce años, conocí a Unamuno, Zorrilla, Espronceda, a Manuel Acuña y su trágico Nocturno, a García Lorca (verde que te quiero verde), José Asunción Silva - y eran una sola sombra larga -, allí me enamoré de Luis Cernuda, allí en ese libro me enamoré de la poesía.
Entonces, cuando era adolescente, en plena época de guerra, llegó a la casa un libro de Oswaldo Escobar Velado, la portada esa celeste, con alguna ilustración, UCA Editores, decía abajo. Patria Exacta y otros poemas, se llamaba. Y lo amé.
Oswaldo Escobar Velado tal vez sea uno de los poetas salvadoreños a los que no se les ha dado el mérito que merece. No voy a venir a hacer aquí un tratado de poesía o cosas como esas, ya que no soy versada en la materia, no sé de ritmos, métricas, temáticas, corrientes y asuntos por el estilo; simplemente me gusta, sé cómo se siente que te conmueva el corazón y las raíces. Eso es lo que me hace la poesía de Escobar Velado. Me conmueve, por ejemplo, con poemas como este:
Anhelo de libertad total
Bajo este viento negro que golpea la noche,
Lejos del tremendo fastidio de las ciudades grandes
Quiero decir mi canto de libertad, yo solo.
Yo quiero huir del corazón del mundo,
Dejar estas raíces que me atan a la tierra,
Soltar estas mis manos que ni siquiera pueden
Ir a tocar las rojas pupilas de los astros.
Mi cabellera amarga, mi boca sin un grito,
Mis ojos como lámparas en los mismos paisajes
Anhelo de ser pájaro y anhelo de ser astro.
Deseo de oir música y de encender la rosa,
De saber si el verano trae botas azules,
De ver cómo los ángeles desnudan a la aurora
Y saber si en los ríos hay violines tocando.
Emoción de meterse debajo de la tierra
Y de sentir la vida de las frescas raíces.
Emoción de querer ir dorando los frutos
Para jugar con ellos y jugar con los niños.
Libertad es olvido de las ciudades tristes
Que tienen cementerio;
Libertad es olvido de las cadenas frías
¡Olvido de este lastre que nos ata a la tierra!
Oswaldo Escobar Velado tiene un poemario maravilloso que se llama A La Orilla De Los Verbos Inventados, he pasado buscando alguno de estos poemas toda la mañana sin éxito. Estos están incluidos en Patria Exacta y Otros Poemas, si lo puede conseguir hágalo, en la UCA lo deben tener.
Oswaldo Escobar Velado es un poeta sencillo y maravilloso que habló de la gente de El Salvador, de nuestros problemas sociales y del amor sin tanta ostentación. Y yo, que lo leía en plena guerra con un corazón que recién se estrenaba en la magia de las palabras, quise hacerle un homenaje en este Día Mundial de la Poesía.
Si quiere leer más de sus poemas, puede ir aquí.
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