jueves, 27 de febrero de 2014

En pausa

Hay noches en las que retomás una vieja amistad y en lo que iba a ser una conversación de menos de una hora para intercambiarse historias y problemas, se alarga a más de tres y hacen un análisis profundo y exhaustivo de sus vidas -sin alcohol de por medio: ese es el éxito más grande-, al punto que, al término de la plática terminás como que has venido cargando una roca gigante en lo que va del año. (¿Alguna vez han tenido un amigo así? ¿Uno con quien hablar hasta quedar agotado? Si no lo tienen deberían)

Y uno entiende tantas cosas.

Y entonces se muere alguien. Vas a un entierro y hace calor y el cementerio está lleno de flores artificiales.

Y aceptás que los finales llegan, aunque en el fondo hayas tenido la leve-ínfima-pequeña esperanza de que no, de que todavía existe la posibilidad de tocar un botón y que las cosas vuelvan a ser como eran antes.

Y le das pausa a tu vida mientras decidís que vas a hacer.


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