viernes, 16 de diciembre de 2011

Immortal Beloved

Verán, yo amo a Beethoven. Mucho más que a Mozart, a quien nunca he entendido, a pesar de toda su fama de niño genio, y de que su genialidad haya inspirado la teoría del Efecto Mozart. Amo a Beethoven por sus altos y bajos, porque su segundo movimiento de la Novena Sinfonía me hace pensar en lluvia, en gotas cayendo en la ventana, en viento moviendo los árboles. Amo a Beethoven desde sus claros de luna hasta sus sonatas, sean patéticas o no; sean allegros, andantes, vivaces. Lo amo, porque él sabe cómo emocionarme, como sacarme las pasiones, las lágrimas.

Ahora, se conmemora el día de su nacimiento, hace 241 años. Si nunca han visto la película Immortal Beloved, se las recomiendo, Gary Oldman hace de Beethoven y tiene escenas tan memorables como esta:



¡Happy Birthday Beethoven!

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