Odio tener ideas -buenísimas ideas- en medio del insomnio. Pensar "es una buenísima idea para el blog", pero tener hueva para levantarme con las consecuencias que eso puede traer incluido... Odio tener buenísimas ideas mientras el calor y los pensamientos no me dejan dormir, y quedarme repitiendo la idea en el cerebro para poder escribirla aquí cuando amanezca.
Odio que amanezca y no tener la más mínima idea de la idea. Ni una pista, ni una palabra. Odio que las ideas mueran así. Sin haber nacido. Supongo que es un aborto de ideas. La muerte de una idea no nacida. ¿Me podrían llevar presa por eso?
Para el próximo insomnio lo más seguro es que me levante a hacerle -al menos- una cesárea a la idea.
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